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sábado, 17 de marzo de 2012

Cuidados y curas para el estrés

¿Cómo salir del estrés y no decaer en el intento?

A la hora de abordar los estados de estrés en primer lugar convendrá diferenciar los síntomas pasajeros de los que se instalan de forma permanente en la vida cotidiana.



En el primer caso, el tipo de tratamiento será sustancialmente diferente al segundo porque el objetivo aún no es curar sino que se trata de ejercer una labor más bien preventiva: 
Tratar de mantener un ritmo equilibrado de horas de sueño, comidas adecuadas y, en caso de duda, acudir al médico para que realice los análisis oportunos para detectar si hay falta de hierro en la sangre, carencia de vitaminas, etc.


Dedicar una parte del tiempo libre a cuidarse de sí misma realizando actividades gratificantes: aficiones, lecturas...



Practicar algún tipo de ejercicio físico adecuado a las características de cada mujer y de acuerdo con sus preferencias: gimnasia, danza, natación, etc.



Intentar organizar el tiempo de forma que respete dentro de lo razonable la frontera entre las diferentes áreas de su vida: trabajo, hogar, ocio...



No acostumbrarse a ir dejando para el futuro las cosas que gratifican, ya que de esta forma se acumula una frustración que tarde o temprano pasará factura.

Las mujeres, también debido a factores culturales aprendidos durante muchos años, tienen la tendencia a ocuparse más de los otros que de sí mismas y a veces les resulta difícil encontrar un tiempo exclusivo para ellas.



Diseñar su vida social, de forma que sea placentera y no se convierta en fuente de rencillas o discusiones.



Seleccionar las amistades de forma que se sienta lo mejor posible y pensar que no se tiene por qué expresar lo mismo a todos, porque con cada persona se establece un tipo de comunicación diferente, y no sentirse culpable por ello.



Si se perciben las primeras señales de malestar psicofísico, tratar de analizar sin ningún temor las posibles causas que las han generado sin negar la importancia de lo que está sintiendo ni dejar que se agrave el estado general.

Recordar que si se detiene a tiempo, el estrés es menos perjudicial para la salud.



Si los síntomas no desaparecen de forma espontánea, consultar a un profesional de la psicología, ya que algunas entrevistas en la que la paciente pueda hablar, sentirse escuchada y orientada pueden ayudarla a acortar el proceso.

Estrés instalado


Si ya hace tiempo que se está sufriendo un conjunto de perturbaciones como las mencionadas anteriormente, es fundamental que se admita que se encuentra bajo los efectos de un estado de crisis, con repercusiones somáticas y emocionales, ya que es el primer paso para ir en busca de un tratamiento adecuado y salir de esta situación: 
Tratar de aceptar que quizás el ideal que tiene respecto a su vida no puede llevarse a cabo de forma perfecta, porque es inherente al ser humano marcarse objetivos e intentar alcanzarlos, pero al mismo tiempo la realidad delimita que siempre hay una falta, algo que queda pospuesto o no da los resultados esperados al cien por cien, pero eso no significa un fracaso. La existencia de ideales es positiva, pero un grado de exigencia excesivo tiende a obstaculizar que fluyan los deseos.


Plantear la forma de vida como se crea oportuna partiendo de criterios propios. Lo que es válido para una mujer quizá no lo sea para otra. Pensar que las generalizaciones siempre entrañan el riesgo de anular la singularidad de cada mujer, y que nunca podrá contentar a todo el mundo. Los consejos conviene oírlos, pero no aplicarlos sin una previa reflexión personal.



Si la elección que se ha hecho en cuanto a la profesión, a ser madre, o a cualquier otro aspecto, resulta difícil o se percibe que fallan las fuerzas, tratar de revisar cómo se podrá organizar mejor en los aspectos prácticos y buscar la mayor coherencia posible entre lo que se quiere y cómo se plantea a los otros.



Desarrollar la capacidad para decir no cuando se crea oportuno. Justificarse continuamente frente a sí misma y los otros no conduce a ninguna parte.

Reconocer los propios fallos no es óbice para sentirse constantemente en deuda con el entorno. Además, si una persona se siente mejor también los que la rodean recibirán una influencia positiva.



Intentar prepararse para las situaciones que puedan ser más generadoras de ansiedad, tomando medidas que aminoren los efectos negativos.



Tratar de no reaccionar o tomar decisiones de forma impulsiva; si no se tiene algo muy claro, tomarse un tiempo de reflexión antes de decidir.



Intentar no desbordarse por temores relativos al futuro, anticipando fracasos cuando todavía la situación no se ha presentado. Hacer planes más a corto que a largo plazo mientras dure el estado de estrés, marcando objetivos realistas.



Tener en cuenta que el sentido del humor, si es auténtico, puede ayudar a relajar tensiones y tomar perspectiva respecto a ciertas circunstancias y a relativizar.



Pensar que en la vida el «todo» o «nada» conduce a un callejón sin salida; intentar encontrar los matices que pueden suponer nuevas formas de afrontar situaciones.



Consultar con un especialista, de forma que se pueda poner en palabras lo que se está sintiendo en un contexto neutro. Aunque se tenga la sensación de haber dado muchas vueltas a ciertas cosas, incluso demasiado, no es lo mismo pensar que hablar.

Cuidados para una vida sana: mantén el estrés a raya

No permitas que este año el frenético ritmo de vida acabe con tu equilibrio físico y emocional.


Dolor de cabeza y muscular, ansiedad, irritabilidad, insomnio, trastornos alimentarios, poca memoria, cansancio, bruxismo (rechinar los dientes dormido)… Unos 18 millones de europeos ha sufrido o sufre alguno de estos síntomas, provocados por el estrés.
Éste, en principio, no es malo, el problema es cuando se presenta demasiado a menudo, durante mucho tiempo o con gran intensidad, ya que puede dañar la salud de las personas. Toma nota de los siguientes consejos para tenerlo a raya.
§  Escucha a tu cuerpo. Estate atenta a síntomas como irritabilidad, tensión, impaciencia, lenguaje negativo… para pararlo lo antes posible. En otras ocasiones, el estrés viene provocado porque estamos cansados, hambrientos o enfermos.
§  Verbaliza tus sentimientos. Comparte tus preocupaciones, exterioriza tus sentimientos, cuenta con tus amigos… sólo el hecho de verbalizar tus pensamientos y emociones te ayuda a ponerlas en orden.
§  Disfruta de tu ocio. La sociedad actual nos impone un ritmo frenético no sólo en el trabajo, también en nuestro tiempo libre. Tenemos tantas actividades que hacer que al final no las disfrutamos. Dedica tiempo para ti, para leer, pasear, ir al cine, para lo que más te guste, pero saboreándolo de verdad, sin prisas…
§  Modifica pensamiento y lenguaje. Positiviza tu pensamiento, valorando las situaciones agradables que vivas cada día ya que, en ocasiones, estamos tan estresados que se nos olvida disfrutar de las cosas buenas del día a día. Sustituye en tu lenguaje el “tengo que” por “quiero” o “voy a”. Funciona. Te tomas las actividades con otro espíritu y sientes, además, que tienes las riendas de tu vida y no es el entorno lo que te controla a ti.
§  Prioriza tus actividades. Planifica tu día a día en orden de importancia, ayudándote de una agenda y dejándote un tiempo para imprevistos.
§  Respiración. Inspira y espira lenta y profundamente para relajarte. Relaja también mandíbula y hombros.
§  Cuídate. Duerme ocho horas, haz ejercicio regularmente y vigila tu alimentación.

Cuidados antiestrés

Una competición tremenda, horarios de locura… Si ya has dejado que todo te desborde, da la bienvenida a tu viejo enemigo: ¡el estrés! Hoy en día, existen nuevos métodos infalibles para conservar la calma y la serenidad. Aquí tienes cuatro de ellos.


He aquí un panorama de algunos métodos para hacer las paces contigo mismo…

Tómatelo con humor

La obligación de dar resultados, un colega del trabajo histérico, una pelea absurda con tu tío… ¿Y si te lo tomas con humor? La “juventud” zigomática es peligrosa para el equilibrio psíquico. Según el doctor Henri Rubinstein, especialista en el sistema nervioso, “reír tiene una función primordial en el cruce de manifestaciones musculares, respiratorias, nerviosas y psíquicas del individuo”. Explicación: reír es un buen ejercicio interior y está acompañado por una producción de endorfinas (las opiáceas naturales del cuerpo) que se difunden abundantemente en el cerebro. En lugar de cultivar una tendencia a racionalizar hacia el extremo, puedes optar por una actitud lúdica y relajarte. “Nos hacemos muy rígidos en nuestras sociedades modernas.
Afortunadamente reírnos nos hace ver cómicos y somos capaces de programar sesiones divertidas (de cine o televisión) y cenas con “cachondos”. En resumen, evita el pijama y las series dramáticas. Ríete y llegará el fin de la era del estrés.

¡Afina!

Cantar en la ducha o conduciendo el coche sólo aporta beneficios. Las cuerdas vocales son músculos cuya tensión está directamente relacionada con nuestro estado nervioso y emocional. Esta es la razón por la que jugar con las cuerdas vocales y relajarlas aleja tensiones y devuelve la energía. Cantar implica una respiración ventral. Si la adoptamos de forma espontánea, se convertirá en un verdadero antídoto del estrés.
Para dar con la nota adecuada, es necesario respirar y por ello esta actividad aporta una buena oxigenación de todo el organismo. Para poder colocar bien la voz, puedes realizar el siguiente ejercicio: de pie, con los pies ligeramente separados y la espalda recta, cierra los ojos y emite sonidos sin fijarte si están afinados o no. Poco importa el estilo y el ritmo. No dudes en apuntarte a un coro o tomar un curso de canto. ¡No olvides ir al karaoke de vez en cuando! Un guirigay de sonoridad es la garantía de una relajación segura.

¡Levanta el pie!

“Para estar bien, es necesario tener un buen pie”, afirma Jean-Pierre Krasensky, reflexólogo. Para relajarse y estar pletórico de energía, recomendamos la reflexología
plantar, también denominada masaje reflejo de los pies. Si bien esta técnica se practica en China desde hace milenios, también ha encontrado su público en occidente desde principios de siglo. Fue un norteamericano, el Dr. Fitzgerald, quien demostró la relación entre los órganos corporales y el pie, poniendo así fin a cualquier distancia.
El principio: de las plantas de los pies parten innumerables circuitos reflejos que regularizan las funciones del organismo. Si se estimulan, con ayuda de masajes en los puntos correspondientes, se pueden aliviar un gran número de males cotidianos… empezando por el estrés. El objetivo de este masaje reflejo es, sobre todo, desatar las tensiones nerviosas y restablecer el equilibrio del organismo. Se trata de un nuevo credo en un mundo donde la vida moderna no deja de ejercernos presión.

¡No olvides la relajación!

Aunque la relajación no es una técnica nueva, ya ha demostrado su eficacia. El método es muy sencillo: se trata de ejercicios que permiten tomar conciencia de cada parte del cuerpo además de notar la diferencia entre la sensación de tensión y la de relajación.
Por todos es sabido que ante el menor estrés se crean nudos: nudos en el estómago, trapecios endurecidos… En una sesión de relajación empiezas estirado en el suelo con los ojos cerrados. Al principio practicas una respiración abdominal. Antes de relajarte, debes concentrarte en esta sensación. Con una serie de ejercicios se trabaja todo el cuerpo: la mandíbula, los muslos… Para relajarlos, empieza por contraerlos conscientemente. En la vida cotidiana, también puede ayudar a evitar tensiones inútiles relacionadas con problemas afectivos o emocionales.

Curas antiestrés

Controlar el estrés para vivir mejor

Ruido, tensiones profesionales, problemas conyugales, atascos… La vida cotidiana nos aporta, día tras día, un séquito de factores estresantes. En luto perpetuo contra estas agresiones, tu organismo acaba notándolo. Es entonces cuando aparece el cansancio, los problemas de sueño, la ansiedad, la irritabilidad, el nerviosismo, las infecciones…

Los tratamientos de la talasoterapia permiten que tu cuerpo se recupere física y anímicamente gracias a cuidados relajantes, reestructurantes y técnicas de relajación. Te permite reforzar las defensas naturales recargando el organismo con minerales y oligoelementos. Asimismo, también aprenderás a gestionar el estrés mediante el control de las emociones, una habilidad de tu comportamiento que te permitirá modificar tu forma de pensar y la percepción de los acontecimientos. 

Algunos de los tratamientos comunes ofrecidos para combatir el estrés

Masaje de afusión o hidromasaje con efectos tonificantes o relajantes: la ducha de afusión consiste en un masaje, en posición horizontal, efectuado por una multitud de chorros a gran presión. Los beneficios son sedantes y calmantes. Suele recomendarse a personas que sufren de agotamiento.

El hidromasaje, en cambio, se efectúa en una bañera equipada con chorros interiores cuya forma se asemeja a la del cuerpo humano. Los masajes que ofrecen estos chorros tienen un efecto tonificante en los tejidos y relajante para el organismo.

Baños con aceites esenciales relajantes: sumergido en agua cálida enriquecida con aceites relajantes, tu cuerpo se distenderá. Las propiedades de este tratamiento también son calmantes.

Ducha de chorros tonificantes o submarinos: la ducha de chorros tonificantes permite, mediante la propulsión de agua de mar templada a una distancia de cinco metros, drenar en profundidad los tejidos. Estimula el tono general de tu cuerpo. Es un tratamiento excelente para la respiración y la relajación raquídea.

La ducha con chorros submarinos es un hidromasaje manual en agua a temperatura de 37ºC efectuada mediante un poderoso chorro. Es un tratamiento profundo, circulatorio y combate la rigidez muscular y articulatoria.

Aplicación de algas o relajación en piscina: la algoterapia consiste en envolver el cuerpo con algas a temperatura caliente. Este tratamiento, rico en oligoelementos y yodo, es ideal para combatir las inflamaciones. Del mismo modo, también ofrece una acción revitalizante para la piel. La relajación en la piscina utiliza las propiedades del agua para descongestionar el cuerpo. Garantiza una distensión muscular y una relajación total.

 Aerosoles marinos en sala: en el interior de una sala, se propulsan pequeñas partículas de agua marina. Estas partículas penetran los alvéolos pulmonares y después se introducen en la sangre. Este tratamiento provoca un efecto sedativo general. También se recomienda en casos de insomnio.

 Oxigenación y ejercicios físicos a la orilla del mar: estas actividades equivalen a tomarse un buen tazón de yodo, el cual es necesario para revitalizar tu organismo.

Sofrología: es una técnica que asocia la relajación física y la actividad mental. Es eficaz para combatir el estrés y las enfermedades denominadas “de civilización”.

Yoga: es un método de relajación que te ayuda a conservar o reencontrar la calma en situaciones de estrés.

Tiempo de relajación
En los cuidados antiestrés, los tratamientos corporales se basan en la tranquilidad: masajes relajantes, movimientos distendidos en la piscina, sesiones de shiatsu.



Ejemplos de hidroterapia: 
-Sesiones de relajación en la piscina: proveniente de la sofrología, esta técnica de relajación permite vencer las dificultades cotidianas con un mejor control de uno mismo. Un kinesiterapeuta dirige la sesión: toma de contacto corporal bajo el efecto de flotación. La temperatura del agua junto con la música submarina contribuyen a la relación del cuerpo y la mente.
-Duchas de afusión: mientras estás de pie recibes el masaje calmante y relajante de una lluvia de agua marina que cae por una barandilla de chorros filiformes. Este cuidado suele reservarse para un momento de felicidad o de máximo estrés, cuando no hay otra forma de relajarse.
-Duchas circulatorias: los chorros de agua alternos bañan el cuerpo constantemente.
Esta ducha relajante ofrece una sensación de bienestar general.
-Duchas aromáticas: la ducha de hidromasaje vertical está compuesta por chorros laterales orientables y de presión variable. La difusión de esencias aromáticas mezcladas con el vapor de agua marina hacen que este cuidado aporte una sensación de relajación y comodidad.
-Baños burbujeantes: Este cuidado individual en bañera se basa en un hidromasaje realizado por las burbujas que expulsan los chorros cíclicos. Esta emulsión de agua marina y de aire adicional de algas favorece la oxigenación de los tejidos y la relajación general.
-Baños de microburbujas: realizado en una bañera individual, este masaje suave se efectúa gracias a la acción de las burbujas. Además de los beneficios circulatorios, es un cuidado que aporta relajación general.
-Envoltura de algas y barros: te colocarás de pie mientras te aplican una capa de algas calientes trituradas sobre la espalda y, eventualmente, sobre algunas articulaciones.
Este cuidado favorece la relajación muscular y permite eliminar toxinas gracias a la sudación.

Retomar buenas costumbres

Relacionada con la relajación, la puesta a punto y la ruptura con viejos hábitos, la dieta también es un elemento a tener en cuenta. Aprender las reglas básicas de una alimentación sana y agradable es sinónimo de introducir un equilibrio alimenticio que no sólo se instaurará en el organismo físico, sino también en la parte moral. El objetivo es encontrar el gusto de la vida, sentirte mejor con tu cuerpo y escoger prácticas deportivas, u otros ejercicios, que ayuden a optimizar su forma.
Con la ayuda del dietista del centro, el control de la alimentación resulta más responsable, pues éste te recomendará productos biológicos, de mejor calidad, y alimentos completos. Debes tener sumo cuidado con los alimentos generadores de toxinas, los estimulantes (alcohol, café, té, tabaco, etc.). Podemos traducir esta elección en términos de dietética y placer y establecer unos buenos hábitos nutricionales.
La vuelta a la normalidad suele tomar tanto tiempo que el periodo de estrés se intensificará. Una vez hayas finalizado las curas, se trata de mantener una calidad en tu vida saludable: comidas equilibradas, dormir regularmente y una determinación real para compaginar los momentos de trabajo con momentos de placer y recuperación.



Ejercicios de relajación para superar el estrés
Existen ejercicios de relajación progresiva. Uno de los más conocidos es el creado por Jacobson, que consiste en que la persona tenga que identificar la tensión de cada parte de su cuerpo llevando a cabo técnicas de contracción y relajación. Puede empezarse por la cara y el cuello, pasando luego a los hombros, brazos, pies y resto del cuerpo.

Ejercicios de relajación

Hay que tener en cuenta que cada una de las contracciones debe durar diez segundos:

1. Apretar los músculos faciales y relajarlos a continuación: frente, ojos, nariz, labios...
2. Encoger los hombros con fuerza y luego relajarlos: derecho e izquierdo.
3. Apretar hacia atrás los brazos extendidos contra la pared o el suelo y luego relajarlos.
4. Cerrar los puños con fuerza y relajar las manos.
5. Contraer el pecho y relajarlo.
6. Contraer la espalda contra la pared o el suelo y relajarla.
7. Contraer fuertemente las nalgas y relajarlas.
8. Apretar las piernas extendidas contra la pared o el suelo y luego relajarlas.
9. Apretar los pies echando los dedos hacia atrás y luego relajarlos.

Para colaborar en este proceso de relajación corporal se puede elegir una música suave apropiada o bien las específicas de relajación que se comercializan a tal efecto y tratar de realizar los ejercicios en un lugar tranquilo con poca luz.
Recordar que el hecho de vivir comporta un cierto grado de estrés, aunque sea esporádico y de grado pequeño, según Hans Seley, «la total ausencia de estrés es la muerte».
Pero el estrés que puede llegar a ser demoledor y de carácter permanente ha de ser identificado para que no impida llevar a cabo una existencia lo más rica y fructífera posible en todos los aspectos. Las mujeres en pleno proceso de transformación social, se les plantea ese y otros retos importantes que influirán, sin duda alguna, en el conjunto de la humanidad.








¿Terminaron las vacaciones? Volver al trabajo sin estrés

El estrés es generador de estrés. Si estás preocupada o estresada la gente de tu entorno lo notará. Para evitarlo y prolongar los beneficios de las vacaciones sigue nuestros consejos para afrontar tu vuelta al trabajo con total serenidad o por lo menos, no desistir en el intento.


Tómatelo de forma positiva

¿Es más fácil decirlo que hacerlo? ¡Con un poco de práctica verás que no es tan difícil conseguirlo! Por ejemplo: ¿Has perdido bus? Piensa que igual ha sido mejor así. El anterior iba lleno mientras que en éste has conseguido sentarte ¡y podrás ponerte a leer el libro que no tuviste tiempo de terminar en vacaciones !

Ocúpate de ti

Nadie lo hará mejor que tú. Para empezar, pon en práctica todos los buenos propósitos que te hiciste en verano. Intenta reservarte un momento para ti, al menos una vez por semana (¡para empezar!). Según lo que más te apetezca en el momento, regálate un masaje, un buen momento de lectura, vete de tiendas, al gimnasio…

Relájate

Haz tres pausas anti-estrés a lo largo del día para desconectar. Este pequeño ejercicio, fácil de practicar te ayudará a relajarte rápidamente. Siéntate cómodamente en un sillón, o en su defecto en una silla, con las manos sobre el vientre. Inspira profundamente por la nariz, mantén  la respiración durante 5 segundos y expira lentamente por la boca. Haz este ejercicio tres veces seguidas.

Reduce tu agenda

Empieza por suprimir las citas inútiles. Tenemos tendencia a cargar demasiado nuestra agenda. Quédate con lo indispensable. Verás como tienes más tiempo para ti. Si tienes hijos evita añadirles demasiadas actividades. Déjales más tiempo para ellos, para jugar y hasta para aburrirse… una agenda de ministro para un niño de 10 años no es lo ideal para su equilibrio. Una o dos actividades por semana está bien. Más de 4, ¡es demasiado!

Evita el estrés inútil el día D

Organízate para no tener que preparar nada en el último momento el día que vuelves a trabajar. Nada de ponerse a limpiar antes de salir para la oficina. ¡Prepara tus cosas y las de tus hijos con antelación para evitar las prisas de última hora!





ESPECIALES ABRHAM: ESTRÉS

PARTE 1    PARTE 2   PARTE 3   PARTE 4


Y CON ESTA PARTE CONCLUIMOS NUESTRO ESPECIAL

SOBRE EL ESTRÉS.


RECUERDA QUE EL ESTRÉS CUANDO ESTA FUERA DE CONTROL DEBE SER TRATADO POR TERAPEUTAS PROFESIONALES QUE TE GUIEN EN TU PROCESO. 


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