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viernes, 27 de abril de 2012

La formación de los chakras y cuerpos sutiles en los niños

Los niños nacen con un cuerpo mental y astral muy fuerte y seguro. Esto les posibilita para hacer maravillosas excursiones en los diferentes planos de existencia y ser conscientes de ellas, poco a poco estos cuerpos se debilitan o se alteran. Así, cuando crecemos, los sueños y viajes mentales o ensoñaciones no son tan intensas ni tan importantes para nosotros. Para un recién nacido, no hay diferencia apenas entre lo que sueña y la realidad, y vive el sueño con tanta nitidez que no podría para nada creer que “sólo es un sueño”, reconoce una vivencia pura, real.

Hasta que una persona no adquiere conciencia no se da cuenta otra vez que ese sueño, esa otra realidad, realmente existe y es parte de algo mucho más grande que desde la mente del yo despierto o consciente se pueda entender.


El cuerpo astral, igualmente, nace limpio, sereno y tranquilo. Poco a poco va viviendo experiencias en los diferentes planos alto y bajo astral, tiene contacto con personas que inconscientemente, están viviendo en el bajo astral, esto hace que los niños recreen sus primeras pesadillas o miedos. De una forma natural se “asustan” ante ciertas personas o lugares, pues captan que la vibración no es adecuada, sienten ya sea la densidad etérica o el bajo astral. La sensibilidad en el plano astral es muy alta en niños hasta 11 años, a partir de esta edad, a no ser que se haya vivido un trauma o un miedo intenso con algo respecto al plano astral, la persona deja de percibir en el astral.


Es muy normal que los niños puedan captar el alto astral en los bosques, en la vida de las plantas, de las flores, del viento, de la lluvia. Captan que hay algo más, algo escondido, algo mágico. Pero también captan seres del bajo astral, entidades, o personas con muchos miedos o cargas pendientes.
El cuerpo astral se forma antes del nacimiento, y es uno de los cuerpos que más importancia tendrá a lo largo de la vida de la persona.


7º chakra
A partir de los 3-4 meses, es normal que un niño se le empiecen a abrir los chakras, este crecimiento llegará hasta los 12 años. Los reicén nacidos ya tienen el 7º chakra, el de la coronilla, abierto, a partir de él empezarán a abrir el 6º. La primera proyección de este chakra es por delante.


6º chakra frontal
A los 3 meses aprox. El niño comienza a ver posibilidades, a crear realidades, esto hace que poco a poco se vaya formando el 6º chakra. Cuando los primeros meses la visión que el bebé tiene es monótona, aburrida, o siempre surtida de imágenes infantiles y poco realistas, o lo mismo, cuando a un bebé le tratan gesticulando demasiado o con muchas pantomimas, la visión de la realidad que adquiere la criatura es demasiado descompensada, irreal. Y cuando pasan los años, sus planes y proyectos de futuro suelen estar manchados con esa irrealidad, inmadurez.



Se ha acostumbrado a 4 ó 5 visiones muy claras, los colgantes de la cuna, el cuadro de la pared, el rostro de los padres… es una visión demasiado parcial y limitada de la realidad. Cuando esta persona es adulta le cuesta mucho ampliar su visión y normalmente rechaza todo lo novedoso. Cuando esta misma persona empieza una ruptura de esos patrones adquiridos, a través de desapegos o diferentes experiencias en la vida, lo sufren como si la vida perdiese el sentido, cuando realmente no ocurre otra cosa más que su visión se está ampliando, y comienzan a cerciorarse que existe algo más allá de lo que siempre han sido capaces de ver.

Algunos bebés y niños, por su misión de vida que tienen que llevar en un futuro, durante los 2 primeros años tienen un contacto muy estrecho con ángeles. Por ello, aunque los niños no estén viendo más que una pared, realmente lo que están “viendo” y recreando en su interior como real, son múltiples luces de colores que le hablan y le arropan, que son los ángeles que le acompañan en su camino de luz.


A partir de los 2-3 años, estas luces se esconden, pues la persona no tiene que guardar el recuerdo, pero su mente ya está abierta, el trabajo ya se ha realizado. Por supuesto que en aquellas personas que se conserva la memoria desde muy tempranos momentos, las luces de colores se esconden antes del año.


6º chakra posterior
Tras esto, la apertura del chakra 6º posterior se desarrolla en función de la actividad exploratoria del niño. La visión creativa está al alza, y ahora el niño desea coger, agarrar, tirar, descubrir, explorar. Ese chakra posterior dará el empuje para que todo esto se pueda realizar. Según el niño tenga la posibilidad de lograr sus objetivos, de subir más alto, abrir cajones, mojarse con agua cuando lo desee, descubrir los colores, las manchas, los sabores… según realice esto en el día a día, el chakra se expandirá.


En los casos de educaciones muy severas, donde el bebé de 4 a 8 meses, a veces hasta el año de edad, no tiene apenas posibilidad de movimiento o de acción, entonces ese chakra no crece adecuadamente. Si en años siguientes además el niño se acostumbra al “no puedes”, a tener que pedir permiso por todo, a no poder hacer aquello que instintivamente sabe que debe hacer, ese chakra no se formará y tardará mucho tiempo en abrirse. La fuerza de voluntad del niño se ve limitada.


En un adulto eso significa la incapacidad de poner proyectos en marcha, les falta la energía, casi siempre creen necesitar otras personas y no se dan cuenta que ellas son capaces. Sólo necesitan dejar de pedir permiso, arriesgarse, liberarse de las cadenas del “no puedes”.


5º chakra frontal
A partir del año se forma el 5º chakra. De manera natural, primero se forma el chakra delantero, a través de este chakra los niños se expresan. Es importantísimo este crecimiento y esta etapa. Representa el momento en el que el niño transforma su visión interna de la realidad en algo tangible que sirve como punto de arranque hacia una comunicación con el exterior. El niño empieza a compartir, y este momento es muy importante, pues es cuando descubre que lo que él tiene en su interior es diferente al interior de otros, pero a la vez igual de valioso. Da lo mismo si dice mentiras, si grita, si no quiere hablar con palabras, sino con gestos o miradas. Lo importante es la necesidad de expresión, de manifestar ese yo interno, pues es la forma en que él mismo tiene de comprenderse.


Vivimos en una sociedad que no permite una expresión libre, en la que no es adecuado decir o hacer ciertas cosas. Vivimos en un sistema de creencias que niega todo aquello que surge del Yo Creativo. Pero para el niño aún no hay diferencia entre el Yo Creativo y la realidad material, lo vive igual, lo vive como una experiencia increíble, emocional, intensa. Negarle el derecho a que esa realidad imaginaria existe es negarle parte de su vida. Cuando un niño a esta edad se le pide repetidas veces que se calle, se está coaccionando al niño a callarse durante toda su vida. No es necesario usar palabras para pedirle silencio a un niño, a veces simplemente con ese pensamiento de desaprobación, o de decepción ante lo que tenga que decir, es suficiente.


En la sociedad adulta la gran mayoría de las personas tienen este chakra muy herido. La comunicación es irreal, está basada en superficialidades, no es sincera, no es amorosa. Cuando se le obliga a un niño, que por esencia es espontáneo y amoroso, a ser comedido y frío, se le está obligando a entrar dentro de este sistema de comunicación en el que estamos los adultos. Rápidamente, cuando el niño aprende a hablar, solo acepta el decir “no”, “apártate”, y a comunicarse desde la mente fríamente, con una frialdad que asusta incluso a sus padres. El niño comprende que esa es la manera natural de comunicarse, a través de la exigencia, de la manipulación, de la frialdad.


Corregir esto es sencillo. A través de la música, de juegos, del compartir con otros niños. Pero sobretodo hay que corregirlo en la sociedad, en los adultos, en la familia. Somos todos, los que creamos un sistema de comunicación.


5º chakra posterior
Tras esto, antes de los 3 años, se forma el 5º chakra posterior. Este chakra tiene relación con lo que el niño “escucha” del mundo que le rodea. Es curioso observar que este chakra es el único que se abre de manera forzada. Quiera el niño o no, tiene que abrir una ventana al mundo real, a los demás. En los casos en que los niños descubren que en el exterior no hay nada interesante, directamente tuercen este chakra nada más nacer, y ya no escuchan, directamente “les resbala” todo lo que les dicen. En estos casos hay que reconectar con la personas a través del corazón para comenzar una comunicación nueva, basada en la sinceridad, en el amor, y el respeto.


Una vez el chakra está formado comienza una etapa intensa de comunicación familiar y escolar. En este tiempo, que puede ser hasta los 5 años, a veces 6, el chakra todavía está sensible, en formación, y es muy delicado a las agresiones verbales, a las mentiras, prejuicios, insultos, etc. Incluso aquellas personas que tienden hablar con irritación pueden herir gravemente este chakra. En la infancia esta herida no se verá, pero en un futuro puede hacer que las cervicales no tengan la suficiente fuerza, o tiendan a acumular tensión y dolor. Casi siempre este dolor se debe a una persona que en estos años se comportó ante el niño o niña con irritación, o alimentando mentiras. Las mentiras energéticamente son todo aquello que no es real o lo que no está expresado desde el corazón.

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