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jueves, 30 de agosto de 2012

El descanso en el trabajo


Los lugares de trabajo requieren ser cuidadosamente concebidos para que el trabajo se pueda realizar de manera segura y saludable, facilitándose que el trabajador pueda recuperarse de la fatiga acumulada que éste comporta con las pausas necesarias y en el lugar idóneo. Los lugares de descanso no pueden ser, ni desconsiderados, ni tratados de manera independiente al tipo de actividad.

Merecen un tratamiento especial e integral, por la dignidad del propio trabajo y de quienes lo ejecutan, y además, por necesidades de productividad. 

La persona permanece en el centro de trabajo durante toda o la mayor parte de su jornada laboral, salvo que el trabajo se realice en el exterior. Durante este tiempo de permanencia debe realizar diversidad de actividades, algunas colectivas, como reunirse o formarse; pero también tiene que satisfacer necesidades personales, unas meramente fisiológicas (descansar, comer, asearse,...) y otras de carácter psicosocial, en base a sus propias necesidades de relación. Ello es esencial para que la empresa sea saludable y eficiente.

La fatiga representa una disminución involuntaria de la resistencia y de la capacidad de trabajo y el trabajador responde a la misma de una manera consciente, aprovechando los medios disponibles, o bien inconscientemente, con pérdida de capacidades, desatención a sus menesteres y en último término con deterioro de su bienestar.



Lamentablemente, muchísimo tiempo se pierde en las organizaciones por actuaciones no productivas y que tampoco sirven para un descanso efectivo y estimulante. La razón es múltiple, muchas veces se encuentra en: la falta de contenido enriquecedor del trabajo o la no identificación del trabajador con sus cometidos; otras, la no debida planificación del trabajo, no disponiendo los trabajadores de la autonomía necesaria para organizar sus tiempos de trabajo.

Una buena planificación del tiempo de trabajo y de descanso comporta mayor eficiencia productiva y obviamente, menor fatiga, con un mejor control de la misma.

Existe el supuesto de creer que el descanso, aunque necesario, representa un tiempo improductivo en el trabajo, o sea, un tiempo perdido, y por ello, ni las pausas suelen ser debidamente consideradas, ni los espacios destinados a tal función lucen por su calidad, cuando existen. Ello es propio de una “mercantilización” del tiempo de trabajo que lleva a desvalorizar todo aquello que no se perciba como directamente productivo, sin cuidarse suficientemente el conjunto de actividades colaterales, organizativas y personales que conducen a la eficiencia, la creatividad y la productividad.


Dejar por un tiempo de trabajar en una determinada actividad para descansar o hacer otra actividad compatible con el descanso, no es perder el tiempo; es abrir nuevas posibilidades, que además de relajar o distraer, pueden también enriquecer la propia actividad laboral.

Además, el descanso en un entorno agradable y compartido facilita la conversación informal y el acercamiento amigable entre personas -algo también importante para la organización- que en el lugar de trabajo muchas veces no es tan fácil de producir por condicionantes del propio trabajo o por su limitado círculo de relaciones.

Una actividad laboral con notorio esfuerzo físico demanda reposo o poder realizar algunos ejercicios y terapias de recuperación. Además, podrían permitirse algunas actividades de componente intelectual (música relajante, lectura, conversación, consultas y juegos informáticos, etc.). Por otra parte, una actividad mental intensa reclama un descanso en el que puede ser recomendable cierto ejercicio físico (paseo, ejercicios de gimnasia o relajación o incluso alguna práctica deportiva).

martes, 28 de agosto de 2012

COMO PROLONGAR LOS BENEFICIOS DE UN SITIO DE RELAJACIÓN O UN SPA Medellín Antioquia Colombia


La mayoría de las personas que nos visitan preguntan siempre ¿Y cómo hago para que esta dicha me dure?

Por ello les compartimos hoy algunos tips para mantener ese estado de paz y bienestar que experimentas cuando sales de un spa. Dos de ellos son de corto plazo y tres de largo alcance.

1.       Evita conducir ese mismo día. Los niveles de atención que requiere el conducir por carretera pueden estar disminuidos puesto que todo el organismo experimenta un estado de “bajas revoluciones” o se encuentra, como dicen hoy día, en “modo descanso”. Conducir, te exigiría cierta tensión y estado de alerta que se contrapone con el estado de relax total en que te encuentras. Pídele a alguien que te recoja o contrata un servicio de transporte. Así llegaras a casa totalmente relajado y tranquilo.

2.       Evita el consumo de licor. Como sabes, el alcohol es un depresor del sistema nervioso. Así que no necesitas de este para “relajarte” pues ya has experimentado altas dosis de aflojamiento muscular, calma y tranquilidad. Además el organismo experimentaría el licor como un choque de impacto a su estado de serenidad y además podría aumentarse el efecto del alcohol casi al doble. Bueno, una copa de vino para cenar si estaría bien. Pero se trata de evitar más de ahí.

3.       Practica lo aprendido. Los estados que has experimentado de “mente en blanco” , “aquí y ahora”, “contacto profundo”, entre otros, pueden aumentarse practicando algunos de los ejercicios efectuados o de las técnicas sugeridas: respiración, meditación contemplativa, escucha ampliada, tiempo para ti, entre otros. Mientras más los incorpores en tu día a día, más irás adquiriendo el hábito y experimentando ese delicioso estado de bienestar alcanzado en el fin de semana de spa.

4.       Recuerda el autocuidado. Nada más importante que hacer cosas por ti y para ti. Recuerda que hacer las cosas que te hacen feliz es una excelente forma de autocuidado pues aumentas la producción de endorfinas de forma natural y ello tiene mucho que ver con el estado de bienestar que podemos experimentar cada día. Cuidar tu alimentación y sobre todo el exceso de actividad laboral es también otra forma de cuidarse a sí mismo, respetando y satisfaciendo las necesidades básicas que todos tenemos.

5.       Mueve tu energía. recuerda, reorganizar nuestros espacios, botar las cosas que no sirven, cambiar nuestras rutinas cotidianas y modificar algunos hábitos son una manera de estar moviendo nuestra energía hacia el estar bien. Son pequeñas pero saludables prácticas fáciles de realizar.

Practicando estas simples pautas podrás mantener los saludables efectos de vivir una experiencia de spa, donde mente, cuerpo y espíritu logran ese maravilloso estado de paz, bienestar y equilibrio que nos devuelve a la vida llenos de energía.

http://centroholisticoabrham.blogspot.com/p/por-que-elegir-un-spa-en-medellin-abrham.html