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jueves, 10 de mayo de 2012

¿Por qué regalar un spa en el día de las madres? Medellín, Antioquia, Colombia


La mejor alternativa de regalo para el día de la madre esta a unos párrafos de este artículo. Consiente a tu ser más querido sin complicarte en compras tediosas o dándole vueltas en la cabeza sobre qué hacer para el día de la madre y que la haga realmente feliz, brindándole la oportunidad de estar en espacio de relajación más fenomenal con servicios de spa.
Salimos apurados, las tiendas están atestadas de gente, compramos mal por que los empleados no pueden dedicarnos la suficiente atención y peor aún...
Terminamos comprando algo que jamás ella se hubiera comprado, y que tal vez ni siquiera nosotros hubiésemos comprado si las condiciones hubieran sido otras.
Muchas veces nos hemos preguntado qué hacer para el día de la madre, algunos pensaran que lo ideal es obsequiarle un objeto físico, como un perfume o un almuerzo, pero ¿qué te parecería decir "feliz día de la madre" en un espacio lleno de tranquilidad para el ser que más te ha cuidado en el mundo?
Fundamentalmente, para hacer el regalo correcto ya sea para mamá u otra persona a la que apreciemos, siempre debemos estar muy atentos a sus gustos, comentarios al pasar como por ejemplo" Siempre soñé con un fin de semana en un Spa" o"me encantaría viajar a un lugar donde pueda descansar", hay tienesuna clave.
El Spa holístico atiende cuerpo, alma y espíritu por igual, para lograr que la persona pueda sentirse bien en todos los aspectos que le rodean. Para ello, utilizan todo tipo de técnicas. Además de las actividades típicas de cualquier Spa como los masajes, las aguas termales y demás, suelen incluir actividades como terapias de relajación, el uso de aceites y esencias florales, baños con sales frutales, etc.
Los Spa holísticos también suelen incluir actividades de origen oriental que ayudan a la relajación y a conectarse y relajar cuerpo, alma y espíritu.
Y un sitio tipo spa campestre en Antioquia es perfecto para que le brinden los servicios de un spa y de alojamiento ya que si esta en un spa campestre, las terapias de spa serán en un espacio de muchísima tranquilidad, acompañado de la naturaleza y el aire puro que la dejará más renovada que con otras actividades de ocio, y mejor de los que puede encontrar en la zona urbana
Ahora que conoces como es un "spa en Medellín" (ver este link para ver videos de spa) no lo pienses más y anímate a consentir bien a tu madre en su día especial.
PARA EL DIA DE LA MADRE: SPA EN CONTACTO CON LA NATURALEZA ¿POR QUÉ?
El contacto con la naturaleza aumenta la salud humana
Frecuentar zonas verdes, ya sean bosques, jardines o zonas peatonales, hace que la gente tienda, además, a ser generosa y a confiar en los demás.
Tras más de una década de investigaciones, científicos del Laboratorio de Paisaje y Salud de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, han concluido que la naturaleza es un componente esencial para una buena salud y un factor influyente en el comportamiento humano. Según los investigadores, en zonas donde hay espacios verdes, la gente es más generosa y sociable y existen fuertes lazos de vecindad social y un mayor sentido de comunidad, más confianza mutua y una mayor voluntad de ayudar a los demás. En cambio, en entornos con menos zonas verdes, el índice de violencia, crimen y delitos contra la propiedad es mayor.
El color verde evoca la naturaleza, la calma, la armonía. También se relaciona con el bienestar, porque los espacios naturales aumentan nuestro potencial de salud y de buen carácter, señala un equipo de científicos del Laboratorio de Paisaje y Salud de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, en un comunicado emitido por dicha universidad.
Tras recabar información durante años e investigar la relación naturaleza-salud en diferentes regiones y en distintos segmentos de población, estos investigadores han llegado a la conclusión de que frecuentar zonas verdes, ya sean bosques, jardines e incluso zonas peatonales, hace que la gente sea más saludable, tienda a ser generosa, a confiar en los demás, y a mostrar mayor voluntad en ofrecer su ayuda.
“Un paseo por el parque es más que unabuena manera de pasar la tarde. Es un componente esencial para una buenasalud”, asegura Frances Ming Kuo, responsable de la investigación y directora del Laboratorio de Paisaje y Salud, que lleva más de una década estudiando, junto con William Sullivan y Andrea Faber Taylor, el efecto de los espacios verdes en los seres humanos, con el fin de probar o refutar las nociones sobre tradicionales al respecto.
Kuo establece la relación entre la naturaleza y la salud en los humanos haciendo una analogía con los animales: "Así como las ratas y otros animales de laboratorio que viven en ambientes ajenos a su hábitat sufren alteraciones y trastornos que afectan a su funcionamiento social, a las personas les ocurre lo mismo".
Entre las conclusiones de sus investigaciones, destacan observaciones como que “en los entornos más verdes nos encontramos con que la gente es más generosa y más sociables. Encontramos fuertes lazos de vecindad social y un mayor sentido de comunidad, más confianza mutua y la voluntad de ayudar a los demás.
En cambio, en puntos donde hay menos zonas verdes, hemos comprobado que el índice de violencia, las acciones criminales y los delitos contra la propiedad - incluso después de controlar los ingresos y otros factores influyentes- son mayores. A todo ello hay que sumar que, "en estos ambientes, las personas sufren más soledad y cuentan con menor apoyo social”, matiza Kuo.
Diversidad de estudios: Anteriormente, Kuo y su equipo habían analizado la relación entre la ausencia de un entorno natural y la irritabilidad, habían constatado asimismo la relación entre la exposición a la naturaleza y el autocontrol y la disciplina en niñas o habían estudiado la importancia del contacto con el medio en el desarrollo infantil, entre otros temas de interés.
Ahora, los investigadores han expuesto una serie de conclusiones con las que se reafirman los beneficios de la naturaleza. Por ejemplo, señalan que el contacto directo con entornos naturales contribuye a un mayor rendimiento y produce un mejor funcionamiento cognitivo, además de potenciar más la auto-disciplina y el control de los impulsos. En definitiva, proporciona una mayor salud mental.
Por el contrario, aquellas personas que no conviven con la naturaleza tienden a sufrir déficit de atención y síntomas de hiperactividad, sugirió un estudio previo, así como mayores tasas de trastornos de ansiedad y depresión.
”Si estos datos no son lo suficientemente convincentes”, dice Kuo, “lo es el hecho de que los impactos de los parques y entornos verdes en la salud humana van más allá de los beneficios psicológicos, porque ofrecen beneficios también para la salud física”.

Beneficios psíquicos y físicos:
Asimismo, los espacios naturales facilitan la realización de la actividad física, mejoran el funcionamiento del sistema inmune, ayudan a los diabéticos a alcanzar niveles saludables de glucosa en sangre y mejoran el estado de salud funcional y las habilidades de vida de las personas mayores. En cambio, las zonas con menos espacios verdes se asocian con mayores tasas de obesidad infantil y todo tipo de enfermedades cardiovasculares.

El tándem naturaleza y salud no entiende de diferencias sociales ni de desigualdades económicas. Así lo demuestran los resultados de las investigaciones que Kuo y sus colaboradores han realizado, y en las que se midieron indicadores como los ingresos económicos de las personas.
"Si bien es cierto que quienes tienen más poder adquisitivo tienden a tener mayor acceso a la naturaleza y mejores resultados de salud física, aquí las comparaciones muestran que incluso entre personas del mismo nivel socioeconómico, los que tienen mayor acceso a la naturaleza tienen mejores resultados de salud física”, explica la directora del Laboratorio de Paisaje y Salud de la Universidad de Illinois.

Naturaleza y salud, un binomio muy estudiado:
Existen múltiples estudios que relacionan naturaleza-salud humana. "Los investigadores han estudiado los efectos de la naturaleza en muchas poblaciones, de tipologías muy distintas. Por ejemplo, han observado a habitantes de Chicago residentes en edificios altos, con un árbol o dos y zonas ajardinadas fuera de los edificios donde viven; a estudiantes universitarios expuestos a presentaciones de diapositivas de escenas naturales mientras estaban sentados en clase; a niños con trastorno por déficit de atención, a personas de la tercera edad en Tokio con diferentes grados de acceso a calles peatonales verdes, y a voluntarios de clase media que pasan sus sábados reconstruyendo ecosistemas de pradera, por nombrar algunos colectivos”, enumera Kuo.
La investigadora señala que “los estudios no han consistido, simplemente, en confiar en lo que los participantes en la investigación informen acerca de los beneficios que para ellos tiene la naturaleza sino que dichos beneficios se han medido, objetivamente, con datos como los de informes sobre delincuencia de la policía, como los de análisis de la presión arterial, como los del rendimiento en pruebas neurocognitivas estandarizadas o como los de mediciones fisiológicas de funcionamiento del sistema inmune".

Zonas verdes: En este sentido, la directora del Laboratorio de Paisaje y Salud asegura que, en lugar de basarse en muestras pequeñas formada por amantes de la naturaleza, los científicos confían cada vez más en estudios elaborados a partir de la opinión y experiencia de segmentos de población que no tienen ninguna relación particular con el medio ambiente. Así, por ejemplo, un estudio examinó a niños que estaban recibiendo la atención de una red de clínicas dirigidas a población de bajos ingresos.
Lo mismo sucede con indicadores como el nivel de renta, característica que hasta el momento se había ignorado a la hora de realizar trabajos de investigación de este tipo.
Debido a la fuerte relación entre naturaleza y salud, la investigadora alienta a los encargados a trazar la arquitectura de las ciudades y a diseñar comunidades con más espacios verdes públicos, no como meros elementos decorativos sino como componentes vitales, claves para la promoción de la salud, la amabilidad, la inteligencia, y la eficacia de la población.
Más estudios
La revista Observer, de la Association for Psychological Science de Estados Unidos, ha publicado recientemente un artículo en el que se revisan los estudios realizados en los últimos años sobre la relación del ser humano con la naturaleza, y la importancia de ésta para nuestra salud. Estas investigaciones han demostrado que los entornos verdes favorecen el bienestar psicológico, con una mejora de la atención y una reducción de la irritabilidad y de la agresividad; y el bienestar físico, favoreciendo, por ejemplo, la pronta recuperación de pacientes que han padecido operaciones quirúrgicas. Nuestro bienestar depende de la naturaleza debido a la evolución de nuestros ancestros en este entorno, señalan los expertos.
Según Observer, en las últimas décadas, la conciencia de nuestra relación con el medioambiente se ha ido incrementando, así como las constataciones sobre los efectos del entorno natural en nuestra propia naturaleza.
Fomenta la atención: En los años ochenta del siglo XX, el psicólogo Stephen Kaplan y sus colaboradores de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, fueron de los primeros investigadores que aportaron pruebas científicas sobre dichos efectos.
A raíz de una serie de estudios sobre el fenómeno de la atención, estos científicos descubrieron que la exposición aescenarios naturales tenía un profundo efecto restaurador en la capacidad delcerebro de concentrarse.
Gracias a ello, en dichos entornos nosotros nos sentimos más cómodos, más relajados, como si estuviéramos en casa. Este estado de bienestar nos hace estar menos distraídos.
En enero de 2010, Kaplan y Berman resumieron 13 de los estudios más influyentes sobre la restauración de la atención en contacto con la naturaleza, en la revista Perspectives on Psychological Science.
Reduce la agresividad: Los descubrimienos de Stephen Kaplan y sus colaboradores llevaron a los investigadores William Sullivan y Frances Kuo, de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, a analizar la relación entre la ausencia de un entorno natural y la irritabilidad, que se sabe está relacionada con la atención fatigada. A su vez, la irritabilidad está asociada a la agresividad.
Kuo y Sullivan estudiaron a 145 mujeres residentes en un complejo residencial urbano, en Chicago. Algunas de ellas, vivían en edificios con vistas a zonas verdes, mientras que desde los edificios de otras sólo se veía triste hormigón. Los resultados de este estudio demostraron niveles significativamente más bajos de agresividad y de violencia entre las residentes con apartamentos cercanos a la naturaleza, que entre las otras.
La agresividad ha sido relacionada con la impulsividad, por lo que no resulta sorprendente que, en un estudio más actual, Kuo y Sullivan, junto con otro colaborador de la Universidad de Illinois llamado Andrea Taylor, hayan constatado que también existe una relación entre la exposición a la naturaleza y el autocontrol.
En otro estudio realizado con 169 niñas que vivían en el mismo vecindario, los investigadores descubrieron que aquéllas que disfrutaban de vistas más verdes tenían un mayor rendimiento en tareas relacionadas con la disciplina que las niñas que no podían disfrutar de dichas vistas. Las chicas del primer grupo puntuaron asimismo más alto en pruebas de concentración, de inhibición de la impulsividad y de capacidad de retrasar la gratificación.
Favorece la recuperación: Además de los evidentes beneficios para la salud psíquica que proporciona la naturaleza, también se ha demostrado que los entornos naturales ayudan albienestar y la recuperación física.
Por otra parte, en 1984, la revista Science publicaba un artículo del investigador Roger Ulrich en el que se explicaba cómo la ubicación de un hospital de Oregón, en Estados Unidos, en un entorno natural, había conseguido reducir el tiempo de recuperación de los postoperatorios y había ayudado a que los pacientes necesitaran menos medicamentos para el tratamiento del dolor, entre otras ventajas.
Asimismo, en 2009, una investigación dirigida por Peter Kahn, de la Universidad de Washington, y realizada con trabajadores de una oficina moderna, demostró que aquellas personas que en su lugar de trabajo estaban sentadas cerca de una ventana con vistas a escenarios naturales se recuperaban antes que otras sentadas frente a una pantalla de plasma que mostraba imágenes de la naturaleza u otras que no disfrutaban de vista alguna, del estrés producido por situaciones externas.
La revista Ecopsychology, especializada en el análisis de la relación entre el medioambiente y el bienestar y la salud mentales, ha dedicado recientemente un monográfico a la relación entre las mujeres y la naturaleza. En él, investigadores de diversas universidades estadounidenses afirman que las mujeres, en general, tienen una conexión con la naturaleza distinta a la que tienen los hombres. Esta conexión puede perderse si las mujeres se sienten presionadas por estereotipos de belleza, advierten los autores, pero también fomentarse en otras situaciones, como la maternidad.
La revista Ecopsychology, especializada en el análisis de la relación entre el medioambiente y el bienestar y la salud mentales, ha dedicado recientemente un monográfico (de libre acceso en Internet) a la reflexión sobre la relación entre las mujeres y la naturaleza.
Según Eurekalert, partiendo de la idea de que las mujeres experimentan su entorno natural e interactúan con éste de manera distinta a los hombres, el monográfico analiza la forma en que estas diferencias afectan al autoconcepto de las mujeres, a su imagen corporal, y a la actitud femenina hacia la preservación y protección del medioambiente.

Las editoras del monográfico han sido la psicólogo social Britain Scott, de la Universidad de St. Thomas, y Lisa Lynch, de la Antioch University, ambas en Estados Unidos. El trabajo presenta una colección de artículos que comprenden observaciones y teorías sobre cómo el sexo femenino, la maternidad, la naturaleza humana y la influencia de las normas sociales basadas en el género influyen en la autopercepción de las mujeres, y en su comportamiento hacia el medioambiente.
Belleza y ecología
En uno de los artículos, Scott explica cómo las normas culturales que fomentan la visión de las mujeres como objetos sexuales propician que las mujeres se preocupen por su aspecto y sean, generalmente, críticas con sus cuerpos.
En última instancia, afirma Scott, este sentimiento de las mujeres hacia sí mismas, provocado por los ideales de belleza, tiene un impacto negativo en la actitud de las mujeres hacia el medioambiente, y en su capacidad de conectar con éste.
Scott escribe: “la conexión con la naturaleza (CN) hace referencia a la medida en que la percepción del yo individual incluye la conciencia de uno mismo o de una misma como parte del mundo natural. La CN está relacionada positivamente con un comportamiento y una actitud a favor del medioambiente”.
Esta idea viene respaldada por dos estudios y un experimento en los que se constató que el sentimiento de ser un objeto sexual y la interiorización del ideal femenino de belleza degradan la conexión de las mujeres con la naturaleza: la perturbación de la relación con su propio cuerpo conlleva una desconexión con el mundo natural y, como resultado, un comportamiento menos ecológico, explica la psicólogo.
Instinto maternal, preservación ambiental
En el sentido contrario, en otro artículo, escrito por la psicólogo Kari Hennigan, del Institute of Transpersonal Psychology, se sugiere que las mujeres que pasan tiempo en entornos naturales e interactúan con éstos son más propicias a tener una mejor imagen de su cuerpo, y a distanciarse de las definiciones sociales de belleza.

Por otro lado, en otro de los artículos del monográfico de Ecopsychology, la psicólogo Susan Logsdon-Conradsen y la antropóloga Sarah Allred, del Berry College de Estados Unidos, describen el concepto de “activismo medioambiental materno”, basado en la suposición de que el instinto maternal se extiende al deseo de proteger y preservar el medioambiente, para mantenerlo para la descendencia.
Según escriben las autoras, el artículo presenta “un marco para la comprensión de una causa del activismo medioambiental poco analizada: la maternidad”. El activismo materno emergería de la identificación de la mujer con su rol de madre y de las responsabilidades que la mujer asigna a este papel social.
La maternidad es considerada así por las investigadoras como “un estímulo particular” enfocado hacia el cuidado y preservación de la naturaleza, que propicia el activismo medioambiental.


Recuperar la conexión con la Tierra
En el trabajo, publicado en Ecopsychology por psicólogos y sociólogos de la Colorado State University y de la Pennsylvania State University-Abington, se indica que las investigaciones sobre las diferencias entre sexos relacionadas con los valores y actitudes hacia el medioambiente, a menudo han constatado que las mujeres presentan valores y actitudes más pro-medioambientales, y que realizan actividades más implicadas con la naturaleza que los hombres.
Estos investigadores analizaron el papel de la “motivación por placer sensorial” (MSP), una disposición individual con la que se mide la necesidad humana de buscar y disfrutar experiencias relacionadas con la naturaleza a través de los sentidos, como posible causa de estas diferencias.
En este sentido, una comparación realizada en grupos de estudiantes universitarios (200 mujeres y 190 hombres), reveló que las mujeres puntuaban más alto en MSP en actividades en la naturaleza (paseos, visitas a entornos naturales, etc.) Por esta razón, explican los científicos, estarían “más motivadas para implicarse con la naturaleza en conjunto”.

Por último, en este especial de Ecopsychology, Gwenaël Salha, del Pacifica Graduate Institute de California, propone la revisión de un mito sumerio de 4.000 años de antigüedad, el de Inanna (diosa del amor, de la fertilidad y de la guerra), para ayudarnos a afrontar y superar la separación entre la Tierra y sus habitantes.
Desde una perspectiva ecopsicológica, explica Salha, “Inanna es sanada y salvada de una experiencia en el inframundo (al que decidió descender para enfrentarse a su hermana y deidad opuesta, Ereshkigal) a través de su conexión con la Tierra y con su comunidad”.

Este mito, por tanto, puede ser usado por ecopsicólogos y terapeutas como basepara el fomento de la comunicación positiva en las crisis de pareja ofamiliares (comunidad), pero también como base para mejorar y restablecer nuestra relación positiva con la Tierra.